miércoles, 11 de junio de 2008

Argentinas Súper Producidas

Hablemos trivialidades hoy.

La diferencia entre las chilenas y las argentinas en términos de imagen se basan principalmente en el gusto y estilo que en Chile, pocas tienen uno definido o uno propio.

Estoy hablando del promedio por favor, no es comparable una chilena que ha recorrido el mundo o que trabaja ligada al mundo de la imagen que una chilena promedio. Tampoco hablo de la chilena copia pobre pero feliz de algún personaje de "Sex and the City", o sea, adicta a la moda y a los cambios de temporada.

¿Saben dónde lo vi más?, en el retail con el comportamiento de compra de las mujeres. "Déme la misma tenida que está usando la señorita" o "quiero que mi hija se vea igualita a como anda usted", "quiero toda la ropa que tiene ése maniquí". Eran frases recurrentes que escuchaba a clientas. O sea, compramos "paquetes de imagen". Si cambiamos la polera o la chaqueta o cartera... ZAZZZZZ!!!!, se cayó el concepto para aquella mujer que compró sin creatividad y no saben ya cómo combinar.

Salir a la calle acá es sinómimo de "producirse o morir". Es increíble cómo mujeres de todas las edades exaltan de manera extraordinaria sus dos o tres puntitos a favor. Para las chilenas, producirse es sinómimo general de "ESTUCARSE", algunas cuan puerta de circo o llevar un diseñador desde el pelo a los pies. Y ahí chicas, nos caemos...

Acá se ve un simple accesorio que hace la diferencia... sólo un buen perfume, un pañuelito con gracia en el cuello, una chaqueta con lazo, los sobretodos o "pilotos", unas botas "hot" (como dice mi clon, espérate... esa chiquilla tan encantadora... que lo único que nos diferencia es que ella es rubia... "harina", "pasta"... no! MAZZA. Sí, Valeria Mazza...). Y ya, tienen en la sangre el arte de reciclar y reinventarse con lo que tienen, sin gastar fortunas en comprar toda la colección de temporada.

Camina por "Sanhattan"... mucha producción en pilchas pero el pelo horrible, manicure ausente, cara pálida (como yo) o fluorescente. Camina por Teatinos o Huérfanos...ufff, todas vestidas iguales. Gris y negro son un must...

Leyendo por ahí, supe que un reportero gringo fue a Santiago a ver cómo habíamos evolucionado los chilenos post Pinochet. Su comentario sobre las mujeres que vió en el centro de Santiago fue algo así: "Es grato caminar por el centro de Santiago. Las mujeres que trabajan, parecen ser todas azafatas. Todas ellas llevan uniformes iguales. Ésto, como herencia de la Dictadura Militar..."

NOOOOOO!!!!, señor gringo. Porque no tenemos gusto en el vestir. Además, es más barato y para una empresa da mejor imagen uniformar a las mujeres. Éso y nada más.

Ocho y media de la mañana, camino por Belgrano y todas las peluquerías están abiertas, peinando a hombres y mujeres. Las vecinas que trabajan o que simplemente tienen que ir al súper. Claro que acá es muy barato ir a una buena peluquería. Pero muuuuuyyy barato. $1.800 un brushing o peinado... o sea, MUUUUY BARATO!.

Diez de la mañana y señoras entre 50 y 80 años caminan con mucho garbo (qué añeja la palabra, pero fits very well). Van a comprar su diario, revista o tomar café en su local de esquina preferido. Con perfumes envolventes pero no mareadores.

Y de tanto ir a los mismos lugares, misma hora y mismos vecinos, QUE GRATO: todos se saludan, te sonríen y hasta después de un par de veces, te conversan y te cuentan de sus nietos, de la vida y obviamente, opinan de política y actualidad. Grato, muy grato porque es otra forma de conocer un país y su cultura de manera profunda y verdadera.

¿Quién sale de este esquema y es mirada con repudio?. Sí, acertaron. La Sra. "K" o "Sra. Bótox" como le dicen sus enemigos.

Cuando llegué era el centro de atención pues cumplidos sus 100 días de gobierno, el comentario en las noticias era que NO HABÍA REPETIDO NINGUNA TENIDA (si serán... en Chile le hacían tira los planes de acción a Bachelet y acá...). Ayer se cumplieron 6 meses de Cristinita al mando de la República Soberana Arrrrrrrrgentina y... la animadversión hacia ella crece en la clase media con fuerza.

Ya, me salí de la trivialidad. Paro acá.

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