Hoy tuve la posibilidad de conocer por facebook a la madre de un niño que ya lleva esperando tiempo por un riñón en Chile.
No pude evitar conversar con mi marido al respecto. Verán desde que renové por primera vez mi licencia de conducir, me propuse ser donante. Y la segunda vez que lo hice, lo corroboré.
Sé que suena pedante, pero no creo que exista algo más lindo que traer hijos al mundo y donar vida si puedes hacerlo. Soy una convencida que es una forma más de permitir que otros tengan mejor calidad de vida. Y por qué no decirlo abiertamente, también una forma de trascender en otros, permitiendo que ellos te recuerden de manera distinta, con menos dolor.
El gran problema que tenemos hoy en Chile es que los parientes no están respetando la voluntad de su ser amado. Negándose a la donación de órganos. Por eso quise hablar con mi gordo y explicarle mi punto de vista y lo importante que es para mí ser donante.
Si tuviésemos menos factores que atenten contra esto sería menos complejo, pero hay tanto tema que juega en contra, desde la compatibilidad hasta la velocidad de reacción para que el transplante sea un éxito, que todo hace que las probabilidades de éxito sean menores.
Por eso, creo y soy una convencida, que si hablan con sus familiares y les explican la importancia que tiene para ustedes ser donante, tal vez dicha voluntad se respetaría a conciencia. Y cambiaríamos dichas estadísticas a favor de quienes esperan.
No sé si existe una ley que obligue a los parientes a respetarla, creo que no dadas las cifras que leí. Espero que aprendamos a ser más generosos y que en la mitad de nuestro gran dolor, veamos una luz de esperanza con este humilde pero a la vez, gran gesto de amor.
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