Hoy no hay cielo azul que me recuerda Chuquicamata porque BsAs amaneció cubierto con esta espesa capa de humo producto de la quema de pastisales de 70.000 hectáreas... ayer, ya en clases le dijeron a Gonzalo que era una forma de presión al gobierno por parte de los "capos del campo", ya que están en plenas negociaciones.
En tanto, he recordado en este día y a cada hora, lo que estaba haciendo exactamente hace nueve años, desde la coordinación de la decoración de la iglesia (mis amigas de la Universidad la fueron a decorar, con mucho cariño y mucho gusto también, hay que decirlo) y mi tío que corría para llevar el whiski y pisco a la banquetera.
Yo también corría y sin alcanzar a almorzar, me compré un "Bowling" para ir chupando en el taxi que me llevaba, tarde por supuesto, a la peluquería... a luchar por aquello que Madre Naturaleza no me dió... encontrándome en este lugar con varias de mis invitadas... pero si Santiago es tan grandeeee!!!!, fue lo primero que pensé... lo bueno es que me ayudaron a bajar la neura con chistes cochinos hasta que se fueron.
Mi mamá, entre muchos de sus regalos, me regaló el maquillaje que lo realizó la maquilladora del programa "Buenos Días a Todos" y la tipa era un mago.
Pero, dejando la frivolidad, lo que más recuerdo con cariño es la ceremonia en la iglesia. Mis amigos de la U, pertenecían al coro y nos ayudaron a elegir las canciones más certeras. Cantaron precioso. Además nos prepararon un par sorpresas que nos llenaron de emoción cuando íbamos saliendo, más aún cuando tocaron las campanas. Dos curas nos casaron. Uno por parte del novio, que venía de la Escuela de Aviación y otro por mi parte, que era mi cura de la U y guía espiritual. El cura "dueño" de la Iglesia de Quincamalí se enojó porque no le avisamos que eran dos y se fue sin avisarnos... ANTES DE PARTIR LA CEREMONIA!!.
Como toda novia llegué tarde... pero yo estaba lista hacía rato, el problema fue mi santa madre que se daba muchas vueltas innecesarias... llegamos 30 minutos tarde. Último porque mis suegros recibieron casi a todos los invitados solos... GLUP!
Al llegar, mi papá estaba tan nervioso que dijo al entregarme en el altar: "Sin devuelta..." y se fue a sentar donde estaban mis amigos de la U en la primera banca... mientras mi mamá le decía: "Psi!, psi!, por acá hombre, qué volado eres...!!!" y nuestros invitados sonreían.
Recuerdo cada momento, en la hora que se realizó, el corte de la torta con el sable de Gonzalo, el lento que bailamos (ni ahí con el vals, sorry...) y después la fiestoca que nadie quería que acabara hasta que nos "hecharon" del club de Quinchamalí... ahí mis amigos nos escoltaron hasta el hotel pero primero pasamos a la puerta de la universidad, en plena Avda. Ricardo Lyon, me dieron una cerveza al seco y luego la lanzamos al suelo y bailamos como indios en ritual... los autos que pasaban a las 4 de la mañana nos tocaban bocina y nosotros seguíamos saltando y saludando. "A su salud" decía mi madrina Sarita y me acompañaba con los sorbos.
Después, llegando al hotel, nos hicieron un puentecito, donde tuvimos que pasar por debajo para poder entrar y mientras lo hacíamos, nos tiraban preservativos y nos chasconeaban... la cara del concerje de recepción era para foto. Aunque peor fue la cara del chico que nos llevaba las maletas, porque nos quiso acompañar por la escalera (no me subía ni loca al ascensor...) y el pobre jadeaba cuando llegamos al 8vo piso..., PERO YO ESTA VEZ SÍ QUE ME AGOTÉ, el vestido pesaba casi 30 kilos....
El resto, es historia....con muchas cosas lindas y también con pocas cosas malas, de las cuales hemos podido aprender y superar. Espero que siga siendo así.
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